Llega septiembre,
y con él, el regreso a las aulas de miles de estudiantes.
Comienza de nuevo
la rutina.
Por un lado, están las madres que no pueden
pagar el material escolar de sus hijos e hijas, los niños y niñas que la única
comida que verán será la que les sirvan en el comedor, y las universitarias y
universitarios que se ven abocados a abandonar sus estudios por no poder pagar
las tasas.
Por otro lado, quienes ni siquiera han oído
hablar de ese tipo de problemas también vuelven a la rutina, también “vuelven
al cole”.
El
pasado 24 de agosto se reunían Merkel y Rajoy de cara a afrontar conjuntamente
el comienzo del nuevo curso político. Es decir, Rajoy volvía a la escuela,
exactamente a la “Escuela de Chicago”, para seguir aprendiendo recetas
neoliberales de una experta como Merkel.
No dudamos de las
capacidades de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez o Iñigo Urkullu para aprobar con
sobresaliente las lecciones que Merkel les dicte en esta “vuelta al cole” o de
que se comportarán como alumnos ejemplares beneficiando a quienes realmente
representan. De lo que sí estamos seguros es que, si sus calificaciones dependiesen
de la cantidad de jóvenes que tienen que emigrar buscando un futuro o de los
que se van al paro nada más terminar sus estudios, se les habría expulsado hace
tiempo.